15 Partió de allí y encontró a Yonadab, hijo de Rekab, que le salía al
encuentro; le saludó y le dijo: «¿Es tu corazón tan recto como el mío para el
tuyo?» Respondió Yonadab: «Lo es.» «Si lo es, dame tu mano.» Yonadab le
dio la mano, y él le hizo subir a su carro.
16 Y le dijo: «Sube conmigo y verás mi celo por Yahveh»; y le llevó
en su carro.